domingo, agosto 30, 2009

MUFF 2009: Asuntos Personales


El cine no siempre es entretenimiento puro. A veces, es un medio para que un director dé a conocer sus ideas sobre un tema particular, o simplemente como un medio de desahogo, de expresar cosas que resulta más fácil mostrar que decir. Muchos de los filmes en MUFF son de este corte personal, pero ninguno más que The Marina Experiment, de Marina Lutz.

Luego de muerto su padre, Abbott, Marina encontró en su casa cantidades enormes de grabaciones en cassette, filmaciones en Super 8 y fotografías, todas de ella. Durante los primeros 16 años de su vida, Marina no tuvo privacidad. Su padre la filmaba y tomaba fotos, a veces en situaciones comprometedoras e íntimas, con una obsesión claramente enferma.

Utilizando sólo estas imágenes y voces en off, Marina pinta un retrato de un pedófilo, un escalofriante caso de abuso infantil que quedó impune. Hay bastantes pruebas, muchas más de lo que se pudo incluir en los escasos 20 minutos de metraje. Es algo bastante incómodo de ver.

Uno se debe preguntar, ¿por qué dejar que todo el mundo vea un momento tan privado en tu vida? ¿Tiene sentido mostrar tu oscuro pasado, los secretos más recónditos de tu propia familia, en una pantalla? Podría considerarse mera explotación de un hecho traumático, pero no; más que una película, este corto es una catarsis, una forma de desahogo para Marina Lutz, la única manera de asumir lo que le sucedió durante su juventud, lo que su padre la hizo pasar (filmándola en todos lados, desde én el baño hasta cuando dormía). Con esto, ella espera dar vuelta a la página. Dificil, considerando que está en terapia hace más de 30 años; a juzgar por su nerviosismo y las lágrimas que no pudo evitar soltar en el conversatorio post-pelicula, es obvio que esta es una herida que hasta hoy no termina de sanar.

The Marina Experiment se siente real, demasiado real para algunos. Es chocante justamente por su veracidad, por mostrar sin adornos una realidad que, desafortunadamente, se da bastante en la actualidad.

miércoles, agosto 26, 2009

MUFF 2009: Cortos de la Discordia


Además de largometrajes, la oferta del Melbourne Underground Film Festival incluye el Mini MUFF, una serie de sesiones con cortometrajes de diversos géneros. Las sesiones (por cierto: las funciones de cine acá se conocen universalmente como "sessions") estaban divididas en bloques, cada una abarcando a grandes rasgos un género: contenido erótico o adulto, experimentales, terror y documentales. Justamente me tocó ver estos dos últimos, en un bar llamado Loop, uno de esos sitios alternativos que promueve la cultura a través de funciones de cine, conciertos, muestras de arte y asuntos parecidos.

La oferta de cortos fue variada y como era esperarse de un evento que se proclama como "underground", bastante únicos y extraños.

Melbourne es conocida por el fanatismo de su gente por el fútbol australiano, una mezcla entre rugby y soccer que hasta ahora no entiendo, pero que despierta pasiones en todos. The Community Cup muestra un partido anual entre dos equipos de barrio locales, donde nadie es deportista ni sabe jugar, pero se ha convertido en toda una fiesta, con música en vivo y cerveza en cantidades. Aún tratándose de dos equipos mediocres, nadie se lo pierde y no se podría esperar otra cosa en esta ciudad.



Las Ramonettes son una banda tributo a los Ramones, fanáticos confesos de la banda punk. Su cantante, Suzy, incluso se cambió el apellido legalmente a Ramone. La entretenida Ramones are not Dead los sigue a través de una extensa gira por Europa y Asia. Japón, Alemania, Francia, España, la República Checa, Eslovaquia... el itinerario es largo y queda claro que en cada rincón del mundo puede encontrarse un punkie devoto a Joey, DeeDee y los demás. Y claro, todos estos fans se llaman Ramone y encuentran que Blitzkrieg Bop es la mejor canción de la historia.

Un tipo que se lamenta del cierre de las grandes industrias en Estados Unidos descubre que todo lo que lo rodea: su taza de café, los cubiertos, las sillas, su ropa, incluso su tinte para la barba; es fabricado en China. Esta obsesión con el país de Mao lo lleva a declarar que el futuro de la industria mundial se encuentra en el país asiático y a la mejor manera de un video turistíco, sugiere a todos mudarse para allá. Visit China es experimental y extraña, pero te hace dar cuenta que en verdad, todo lo que nos rodea está fabricado en Asia.

Esto es sólo una muestra de la diversidad de temas que encontré en estos cortos: una abuela se salva de morir durante la dictadura de Pinochet (1973), tres chicos drogados emprenden una alucinada odisea a un supermercado, al mejor estilo de Trainspotting (Vulture Culture), en fin: la lista es larga y hay para todos los gustos.

Matinee ha sido la causa de la discordia en la edición de este año: un corto que incluye explicitas escenas de sexo, consensuadas (las protagoniza una pareja), naturales y sin muestras de morbosidad o mal gusto (según me cuentan, al menos), que fue prohibido por la OFLC, la versión australiana del MPAA gringo, que se encarga de dar calificaciones a todas las películas que llegan a este país. Y aunque normalmente los filmes de festivales no son calificados, el contenido de este corto al parecer fue demasiado para ellos.

La protesta de Richard Wolstencroft no se hizo esperar; en una carta abierta a la OFLC, les reprocha su falta de criterio. Esto debido a que hace apenas un par de semanas, el festival de cine de Melbourne exhibió Antichrist de Lars Von Trier, un film crudo y al parecer repleto de imágenes chocantes ("mutilación genital" es el término que suelo escuchar, además de "Willem Dafoe hace cosas raras con un árbol"); la carta menciona que si este film no fue prohibido, Matinee, en comparación una obra menos controversial, también merece el visto bueno.

Wolstencroft no es un tipo que calla sus opiniones, y las reacciones no se han hecho esperar. Lo último que supe, estaban considerando pasar el corto de todas maneras y si era necesario arrestar al controversial organizador, pues que así sea. En todo caso, sería buena publicidad para el evento. Por mientras, da curiosidad ver el mentado corto y ver a que se debe tanto escándalo.

Si quieren seguir la discusión (y si saben inglés) pueden darle una mirada al blog de Wolstencroft, el campo de batalla, en http://ideafix7.wordpress.com/.


domingo, agosto 23, 2009

MUFF 2009: El Cine Australiano Actual

El Festival Internacional de Cine de Melbourne es uno de los eventos cinematográficos de mayor prestigio en esta ciudad, el esperado por todos los fanáticos cada año, el Melbourne Underground Film Festival es su hermano menor rebelde y menos conocido, la oveja negra de la familia.

El MUFF es la protesta hecha un festival. Su creador y organizador es Richard Wolstencroft, un tipo alto y gordo con una labia potente y sin miedo para dar sus opiniones a voz en cuello y sin tapujos. El texto de bienvenida en el folleto informativo empieza con un nada sútil Fuck you a todos aquellos que suelen abocar por el cine alternativo e independiente pero siguen rindiendole culto a los multicines y a las funciones del festival mayor.

Así, durante los últimos diez años, MUFF se ha esforzado por dar a conocer a cineastas locales e internacionales de pocos recursos, pero de grandes ideas, que no tendrían la oportunidad de mostrar sus obras en otros circuitos. Un apreciable esfuerzo cultural que refleja sus raíces independientes hasta en su organización: las funciones se realizan en distintos bares de la ciudad, donde la gente se amontona en sillas plegables frente a un proyector para ver cine y tomar cerveza en cantidades.


Supuestamente, Wolstencroft y sus secuaces están remediando los problemas del cine australiano actual. Por ello resulta apropiado que abran el festival con Into the Shadows, un documental que detalla los altos y bajos de la cinematografía local.

Australia se apuntó un temprano hito en la historia del cine mundial con The Story of the Kelly Gang, el primer largometraje hecho a nivel mundial. Sin embargo, el posterior florecimiento del cine local se vio frenado por la Segunda Guerra Mundial y no fue hasta los 70s que volvió a renacer. La aparición de cineastas como Bruce Beresford o Phillip Noyce le dio una nueva voz al cine de este país; y sus propuestas se vieron apoyadas por público y crítica.

Esto hasta la aparición de los multicines, que pronto dejaron fuera de combate a salas alternativas como el Valhalla o el Electric Shadows en Canberra, un cine al estilo antiguo que se ha convertido en un mito para varios cinéfilos. El film es en parte un afectuoso homenaje a estas épocas, donde cada propuesta, sin importar que tan experimental, encontraba un público. Ver videos de la clausura del Electric Shadows (que luego se convertiría en un multicine, obvio), resultó emotivo. Nunca he ido, pero si me dio algo de pena y me hizo acordar las salas que yo visitaba cuando era joven, el Alcazar (¿Se acuerdan cuando tenía dos salas?), el Real que hasta ahora sigue abandonado y el Orrantia, ahora convertido en una iglesia evangélica o algo por el estilo.

Sin embargo, el documental también es bastante crítico y lo demuestra al hablar del panorama actual. Para el director, Andrew Scarano, el problema es doble. Por un lado, están las mismas salas, reacias a programar el cine nacional y dándole mayor cabida al producto hollywoodense, al igual que el público. Y por otro lado, están los cineastas, herméticos, que deciden no arriesgarse y tratar de llegar al gran público mediante filmes de género transgresores, en vez de eso trabajando en proyectos demasiado personales y densos que nadie entiende salvo ellos. Las peliculas australianas más vistas a nivel internacional son filmes de terror como Wolf Creek de Greg McLean, o películas sobre criminales como Chopper de Andrew Dominik; ambas obras de género bien recibidas por público y crítica. El problema parece ser que ningún cineasta quiere hacer este acercamiento.

Lo más interesante es que, a pesar de encontrarse al otro lado del mundo y dentro de una cultura totalmente distinta, el estado del cine australiano actual puede compararse un poco con el peruano. El poco apoyo que reciben los filmes nacionales, de parte de público y crítica y la falta de salas alternativas que le puedan dar un espacio (una queja que suelo escuchar bastante) es algo ya bastante documentado. Y muy pocos directores en el cine peruano suelen arriesgarse con filmes de género y los que lo hacen, no tienen buenos resultados (véase Mañana te Cuento o La Gran Sangre). Sería una manera de acercarse al público masivo, pero en vez de eso apuntamos a las obras artísticas y personales que dificilmente pueden encontrar un hogar. La industria en Australia refleja bastante esta situación.

Into the Shadows resulta entonces bastante informativa y algunas de sus observaciones sobre la industria bien pueden aplicarse en cualquier parte. Así se inicia el MUFF, que promueve la diversidad en el cine australiano y con un programa dedicado al cine de género (terror, suspenso, drama) y a propuestas alternativas, promete un cine muy pero muy distinto.

viernes, agosto 14, 2009

Sr. y Sra. Scorsese

En 1974, después de Mean Streets y antes de filmar la que sería su primera obra maestra, Taxi Driver, Martin Scorsese llevó una cámara a la casa de sus padres en Nueva York para una pequeña conversación. El resultado fue Italianamerican, un mini documental que nos permite ver al director en un entorno más íntimo y familiar.

Catherine y Charles Scorsese se adoran; se insultan, discuten y se burlan uno del otro como sólo pueden hacerlo las parejas que llevan años juntos y se conocen al derecho y al revés. Sentados en su sala, sin más acompañamiento que su hijo y una cámara, empiezan a recordar varios aspectos de su vida como hijos de inmigrantes en Estados Unidos.

Su experiencia refleja la de muchos otros, la misma gente que hizo de Nueva York la ciudad multicultural que es hoy. Muchas de sus calles deben su imagen, su estilo de vida y sus particularidades a las familias italianas, chinas, judías, que llegaron en busca del sueño americano.

Catherine y Charles también tuvieron que pasar penurias: hijos de familias grandes, nueve a diez personas viviendo en un pequeño departamento, trabajando de lo que sea para ganarse el pan. Como ellos, muchas personas llegaron a Norteamérica sólo con lo puesto, pero lograron salir adelante, sin olvidar sus raíces, de donde vinieron y como ello ha construido su forma de ver el mundo. Ambos comparten sus puntos de vista sobre religión, política y sociedad, sin tapujos.

Lo que más sorprende es lo cómodos que están ambos frente a una cámara. Se desenvuelven con naturalidad y buen humor. Resulta raro ver a Scorsese, el mismo director responsable de tantas películas de gangsters con altas cuotas de violencia, tímido y nervioso cuando sus padres lo sermonean por no ir al dentista ni afeitarse la barba. Ambos ríen; la madre es de personalidad dominante y lengua rápida (de donde más iba a sacar Martin su verborrea), el padre tranquilo y bromista (Martin es el vivo retrato). Scorsese les dio pequeños papeles en sus filmes hasta su muerte: con su candidez y buen humor frente a su hijo, tiene sentido.

Italianamerican fue presentada en el New York Film Festival en 1975; hoy en día, no suele verse muy seguido (aunque para eso está YouTube). Es una obra atípica en la filmografía de Scorsese y tal vez su trabajo más personal. Una mirada a su vida familiar, generaciones de familias que superaron obstáculos para dar origen a la Nueva York que hoy se conoce. Los créditos finales incluyen la famosa (y extensa) receta de Catherine para hacer albóndigas, suficiente para abrirle el apetito a cualquiera.