
Esto fue obra de los hermanos Gabriel y Rodolfo Riva Palacios, creadores de Huevocartoon, pá

Esta es la historia de Toto, un huevo que nace un día con la firme intención de ser un pollo en vez del desayuno. Acompañado por un soldado hablador llamado Willy y un pedazo de tocino mudo y algo bruto llamado, sorpresivamente y en un gran toque de originalidad, Tocino, parten en busca de las Granjas “El Pollón” (sin relación a cierto huarique de comida al paso local), pasando por miles de aventuras en el camino.
Lo que hacía entretenido a los Flashes era su humor de doble sentido y a ratos subido de tono – basta ver como ejemplo a los Huevos Poetas y sus alcohólicos recitales, donde mear en un vaso de vino y hacer alusiones sexuales demasiado obvias estaba a la orden del día. Sin embargo, eso es justamente lo que le falta a la película. En un afán por alcanzar al público infantil (que es el que más consume animación, desgraciadamente), este humor subversivo ha sido drásticamente removido para dar paso a algo para toda la familia, aunque aún quedan por ahí visos de los flashes. Sí, los Poetas hacen su esperada aparición, pero no es como uno espera; se extrañan otras luminarias como Osama Bin Huevo o los Huevos Rancheros, la versión Huevocartoon de Brokeback Mountain (Se nota que tengo tiempo para ver estas tonteras).

Para los más chiquilines, tenemos una moraleja: aprende a encontrar tu propio camino, sé leal a tus amigos, y no sé que otras sensiblerías más de las que estoy seguro aprenderán. ¿Saben que? Aún así, me gustó. Entretenida, al menos, pero de nuevo, para los más mocosos; no le llega ni a los talones a los flashes. Algunos momentos simpáticos por ahí: El libro “La Reencarnación es Posible” de Brian Maiz (Weiss), un huevo moreno (un huevo de chocolate que no encontraron la Pascua pasada) llamado “Huevay Segundo” y el agente secreto “Von. Hue Von.”. Digamos que uno se vuelve a sentir como un niño… un niño huevón, claro.
Admítanlo: da curiosidad. Los flashes están mejor, pero para entretener a tus sobrinitos, está perfecta. Frase para el bronce: “Eres como mi huevo derecho.”