Cada año, Hollywood entrega premios a lo mejorcito del cine, y cada año, uno siempre se queja de la falta de originalidad y sorpresas en la entrega.
Para mí, los Oscares han perdido mucho de su brillo desde hace años. Tienen sus propias reglas estúpidas que seguir y por ende, los nominados siempre decepcionan porque falta alguien. Eso de nominar sólo películas estrenadas en el mes de diciembre resulta fatal para cualquier filme aspirante a premios que tenga la brillante idea de estrenarse en cualquier otro mes.
Cada año, siempre hay una película hecha expresamente para ganar premios, la cual la crítica alaba hasta el cansancio y una vez que se inicia la gran noche, ya se sabe de antemano quien va a ganar. Por eso ya no veo la ceremonia: porque ya no hay suspenso, es todo predecible y no dan ganas de soplarse cuatro horas cuando ya se sabe desde dos meses antes quien va a ganar. ¿Alguien quiso ver los Oscares el año que ganó Titanic? Justo a lo que me refiero.
Pero igual, los Oscares son algo que cualquier cinéfilo que se precie no puede ignorar del todo: además, algo tienen que tener las nominadas para llegar hasta ahí. Asi que ayer me senté a ver la ceremonia, a medias porque estaba tomando cuenta de mi colección de películas (¡Y son un montón!).
Estaba convencido de que Brokeback Mountain ganaría todo: trágica, polémica, bonita, larga, hace llorar, emotiva a cagar y un millar de premios ganados antes. El tipo de película por la que la Academia se rinde. Bueno, me dije: van a ganar los vaqueros. Ahora me queda esperar tres horas para darme cuenta que la Academia siguen siendo unos viejos rígidos.
Al parecer, no se quisieron arriesgar: ganó Crash. Todo lo que dije en la rápida entrevista en 1160 se fue por el caño. Estoy seguro de no estar solo: ya todos daban por sentado que los cowboys gays arrasarían. Pero no fue así.
Esa fue tal vez la mayor sorpresa de la noche, porque el resto de los ganadores ya venían avalados desde antes: Phillip Seymour Hoffman (Capote), Rachel Weisz (The Constant Gardener) y Reese Whiterspoon (Walk the Line) . Eran los favoritos, se esperaba que ganen, y ganaron: cero sorpresas. Aunque sí me alegro que haya ganado George Clooney, simplemente porque me cae bien y hace rato demostró que es más que un cara bonita.
Por lo menos, adiviné mejor director: Ang Lee. Aunque el chino tiene talento y la película estaba bien dirigida, digamos que se lo merece. Y listo, no puedo decir nada más porque sorpresas no hubo: otra ceremonia predecible y que se va por lo seguro. Mejor me voy a ver Crash.
En algo si tienen razón: estos matones hiphoperos que parecen amigos de 50 Cent han ganado un Oscar y a Martin Scorsese todavía no le dan nada. (Lejos, el mejor chiste de la noche). De acá al próximo año le darán su Oscar honorario para que se vaya a la casa de una vez.
2 comentarios:
hermano, en todos lado pasa lo mismo, hasta en la literatura, no se, creo que hay que ser amigo de los organizadores que entregan los premios jajajaja o tener mucha suerte.
aunque algunas veces no se equvocan tanto claro...
Compadre, me saco el sombrero de ver como te apasiona el cine, tu vida es una pelicula. te espero para mi cumple, buena bomba en el Oso bar,
Joan
Joan
Sabes lo que no puedo entender de toda la ceremonia es que la academia haya determinado que la "mejor cancion" de todo el 2005 en materia cinematografica sea "It is hot out here for a pimp"...que mierda tienen en mente?? esa cancion debe ser de lo peor que he escuchado en el nuevo milenio. Y no es una opinion descarnada mia demostrando mi poca cultura y gusto por el hip hop, sino que me sumo a las multiples y desgarradas criticas que esta premiacion ha sacado desde los criticos y anchormen de los distintos canales de noticias aqui en EEUU.
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