Antes, era bastante simple hacer películas de acción: un héroe patriota se enfrentaba a los malos, los mataba a todos, teníamos un final feliz y todos se iban a la casa contentos. Hoy en día no puede ser tan fácil. Las épocas de odas a la violencia tipo Comando ya quedaron atrás.
Bob Lee Swagger (Mark Wahlberg) tiene cosas en común con el Schwarzenegger de aquel clásico ochentero. Es un solitario ex francotirador del ejército buscando venganza tras ser involucrado en un complot y tiene los medios para patear el trasero a todos los villanos. Lo logra, pero no por su país o la bandera, sino por sí mismo.
Tirador de Antoine Fuqua tiene todo un trasfondo aparte de ser una competente película de acción. Aquel patriotismo ha dado paso a un cinismo hacia la clase política bastante obvio. Swagger está metido en una conspiración que involucra a los altos mandos, políticos y militares que acá son mostrados como unos malditos egoístas que sólo piensan en sí mismos, sin importar a quien pisan para conseguir sus objetivos. El gobierno hace lo imposible por tapar sus propios errores, por justificar sus metidas de pata y viendo la situación actual, con Bush y compañía haciendo tontería y media en Irak, no resulta difícil creer que algo como lo que muestra Tirador pueda ocurrir de verdad.
El único que sigue creyendo en su país y en la patria es Swagger (¿Puede haber un nombre más redneck que ese? ¿Y no les parece raro que sean justamente estos granjeros los más patriotas de todos?) y la única recompensa que recibe por esa fidelidad es ser involucrado en un asesinato y ser perseguido por los que antes lo protegían. Toda una recompensa por servir al país, así como EE.UU deja en el olvido a todos los soldados que pierde en el extranjero con tal de conseguir algún objetivo mayor (Tampoco creo que sea casualidad que justo el punto de discusión en este film es un oleoducto). Tirador no hace más que criticar las malas acciones de un gobierno que lleva años metiendo la pata donde no lo llaman.
Pero tampoco es que sea un discurso político. Es ante todo una película de acción interesante, con un protagonista que a ratos recuerda a MacGyver en sus mejores épocas y una buena dosis de acción por parte de Antoine Fuqua, que muestra destreza a la hora de encargarse de estas secuencias. Es sólo que, por más que recuerde a Comando, nunca va a serlo, porque una película de acción actual no puede ser tan simple, ya no se trata de un héroe matando a todos: siempre tiene que haber un tema de fondo.
Bob Lee Swagger (Mark Wahlberg) tiene cosas en común con el Schwarzenegger de aquel clásico ochentero. Es un solitario ex francotirador del ejército buscando venganza tras ser involucrado en un complot y tiene los medios para patear el trasero a todos los villanos. Lo logra, pero no por su país o la bandera, sino por sí mismo.
Tirador de Antoine Fuqua tiene todo un trasfondo aparte de ser una competente película de acción. Aquel patriotismo ha dado paso a un cinismo hacia la clase política bastante obvio. Swagger está metido en una conspiración que involucra a los altos mandos, políticos y militares que acá son mostrados como unos malditos egoístas que sólo piensan en sí mismos, sin importar a quien pisan para conseguir sus objetivos. El gobierno hace lo imposible por tapar sus propios errores, por justificar sus metidas de pata y viendo la situación actual, con Bush y compañía haciendo tontería y media en Irak, no resulta difícil creer que algo como lo que muestra Tirador pueda ocurrir de verdad.
El único que sigue creyendo en su país y en la patria es Swagger (¿Puede haber un nombre más redneck que ese? ¿Y no les parece raro que sean justamente estos granjeros los más patriotas de todos?) y la única recompensa que recibe por esa fidelidad es ser involucrado en un asesinato y ser perseguido por los que antes lo protegían. Toda una recompensa por servir al país, así como EE.UU deja en el olvido a todos los soldados que pierde en el extranjero con tal de conseguir algún objetivo mayor (Tampoco creo que sea casualidad que justo el punto de discusión en este film es un oleoducto). Tirador no hace más que criticar las malas acciones de un gobierno que lleva años metiendo la pata donde no lo llaman.
Pero tampoco es que sea un discurso político. Es ante todo una película de acción interesante, con un protagonista que a ratos recuerda a MacGyver en sus mejores épocas y una buena dosis de acción por parte de Antoine Fuqua, que muestra destreza a la hora de encargarse de estas secuencias. Es sólo que, por más que recuerde a Comando, nunca va a serlo, porque una película de acción actual no puede ser tan simple, ya no se trata de un héroe matando a todos: siempre tiene que haber un tema de fondo.
1 comentario:
Me parece bien emocionante desde la clasica idea del el sujeto que clasicamente el gobierno lo va a buscar para hacer sus trabajos. Pero por otro lado pienso desde la moral y las buenas costrumbres clasicas, ¿Porque siempre la cuestion violenta? o sea, como que siempre tiene que verse el cliché del clasico heroe que los MATA a todos, bueno, claro esta, a mi como adulto, me resulta una buena entretencion, pero, ¿y los chamos? ... estuvo muy buena, te mantiene pegado a la silla, solo envío esta reflexion personal. PD: No compren musica y videos piratas, eso daña el musculo economico de un pais.
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