El inglés Neil Marshall ha emergido como un nuevo talento dentro del género de horror. Primero fue Dog Soldiers, donde un grupo de soldados se enfrentaba a una manada de hombres lobo; y luego vino The Descent, un tenso y claustrofóbico ejercicio de suspenso que tuvo a más de uno al borde del asiento.
Con Doomsday, su tercer filme, Marshall cambia de registro para entregar una alocada película de acción. Pero más que eso, es un realizador dándoles tributo a todos los filmes, géneros y directores que lo han influenciado. Se le puede acusar de no tener lógica alguna, pero al final, ese es su objetivo.
Empieza como muchas pelis de ciencia ficción recientes: un virus arrasa con Escocia y obliga a la vecina Inglaterra a poner todo el país en cuarentena. Cuando la enfermedad amenaza con cruzar fronteras y sumir a todo el país en desorden y anarquía, un grupo de soldados al mando de una mujer ruda al estilo Ellen Ripley (interpretada por Rhona Mitra, un clon de Kate Beckinsale – algo que estoy seguro tampoco fue casualidad) ingresa en Escocia a buscar una posible cura para el virus.
El país de las faldas a cuadros, sin embargo, está convertido en un mundo post-apocaliptico manejado por una sarta de punkies caníbales que parecen extras de Mad Max. De las imágenes serias de Londres destruida y al borde del colapso nos encontramos con una comunidad de psicópatas desadaptados. Y después viene lo mejor: un cientifico recluido en un castillo medieval donde todos usan armadura y parece vieron Excalibur demasiadas veces. Aún con todo esto, Marshall se da maña para finalizar su película con una excesiva persecución en carretera a bordo de un auto último modelo, claramente inspirada por las correrías de Max Rockatansky.
Ahí están los homenajes al cine futurista, a John Carpenter, a George Miller, a El Señor de los Anillos, a Exterminio de Danny Boyle y un largo etcétera, sazonado con buenas dosis de violencia y sangre; uno siente que a los realizadores no les importó nada. Marshall, obvio, se estaba divirtiendo. Ha construido una película clase Z, disparatada, sin lógica y hecha para todos aquellos que disfrutaron con B-movies ochenteras donde todo valía.
No se esperen la solemnidad terrorifica de El Descenso. Doomsday es sólo un exceso. O lo aceptas o simplemente te rindes una vez que la heroína se enfrenta a un tipo en armadura sin nada más que sus dos manos en un combate al estilo Gladiador.
Una de las visiones más disparatadas de un fúturo distópico, este film deja claro que Marshall entiende su género y es tan adepto para crear escenas de acción llenas de adrenalina como lo es generando suspenso y terror. Quedamos a la espera de otro proyecto de este director, que a juzgar por esta película, debe tener varias ideas en la cabeza.
Con Doomsday, su tercer filme, Marshall cambia de registro para entregar una alocada película de acción. Pero más que eso, es un realizador dándoles tributo a todos los filmes, géneros y directores que lo han influenciado. Se le puede acusar de no tener lógica alguna, pero al final, ese es su objetivo.
Empieza como muchas pelis de ciencia ficción recientes: un virus arrasa con Escocia y obliga a la vecina Inglaterra a poner todo el país en cuarentena. Cuando la enfermedad amenaza con cruzar fronteras y sumir a todo el país en desorden y anarquía, un grupo de soldados al mando de una mujer ruda al estilo Ellen Ripley (interpretada por Rhona Mitra, un clon de Kate Beckinsale – algo que estoy seguro tampoco fue casualidad) ingresa en Escocia a buscar una posible cura para el virus.
El país de las faldas a cuadros, sin embargo, está convertido en un mundo post-apocaliptico manejado por una sarta de punkies caníbales que parecen extras de Mad Max. De las imágenes serias de Londres destruida y al borde del colapso nos encontramos con una comunidad de psicópatas desadaptados. Y después viene lo mejor: un cientifico recluido en un castillo medieval donde todos usan armadura y parece vieron Excalibur demasiadas veces. Aún con todo esto, Marshall se da maña para finalizar su película con una excesiva persecución en carretera a bordo de un auto último modelo, claramente inspirada por las correrías de Max Rockatansky.
Ahí están los homenajes al cine futurista, a John Carpenter, a George Miller, a El Señor de los Anillos, a Exterminio de Danny Boyle y un largo etcétera, sazonado con buenas dosis de violencia y sangre; uno siente que a los realizadores no les importó nada. Marshall, obvio, se estaba divirtiendo. Ha construido una película clase Z, disparatada, sin lógica y hecha para todos aquellos que disfrutaron con B-movies ochenteras donde todo valía.
No se esperen la solemnidad terrorifica de El Descenso. Doomsday es sólo un exceso. O lo aceptas o simplemente te rindes una vez que la heroína se enfrenta a un tipo en armadura sin nada más que sus dos manos en un combate al estilo Gladiador.
Una de las visiones más disparatadas de un fúturo distópico, este film deja claro que Marshall entiende su género y es tan adepto para crear escenas de acción llenas de adrenalina como lo es generando suspenso y terror. Quedamos a la espera de otro proyecto de este director, que a juzgar por esta película, debe tener varias ideas en la cabeza.
1 comentario:
Doomsday was interesting, but it lost me at the end. I am not sure what the meaning of it all was
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