Ha sido el viaje más largo que he hecho en mi vida. 13 horas de Santiago hasta Auckland, en un avión donde lo único que había por hacer era dormir o ver tele. Me vi como cinco películas y no le presté atención a ninguna.
Tras un pequeño traspié en Nueva Zelanda, donde quedé dos horas varado en el aeropuerto y la aerolinea perdió mi maleta, llegué a Melbourne, al barrio donde vive mi hermana, que por sus casitas rústicas y cantidad de restaurantes y bares, recuerda a Barranco.
Mientras estoy tratando de acostumbrarme a esta nueva ciudad, perdiendome en el centro, aprendiendome las rutas del tranvía y buscando un cuarto para alquilar antes que empiecen las clases en dos semanas, puedo prepararme a traer de vuelta a Desaires... tal vez el cambio de ambiente me renueve las ganas de escribir.
Melbourne es una ciudad bastante cultural, llena de eventos culturales, festivales, música, teatros y claro, cine; así que tema no creo que me falte. Y así volvemos a este blog, renovado y con ganas de hablar de todo y de todos... si es que me quedan lectores por ahí, bienvenidos sean.
Me encantaría poner fotos pero no tengo cámara y la de mi hermana no funciona, así que por mientras tendrán que usar la imaginación.
1 comentario:
Por fin se te ocurrió volver a escribir, por este medio voy a saber algo de ti
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