martes, diciembre 19, 2006

Bond en Pañales


Soy ignorante en lo que se refiere a las aventuras cinematográficas del súper agente James Bond. Aparte de ver las intervenciones de Pierce Brosnan en el papel (y eso sólo cuando no tenía otra cosa que ver), nunca me han llamado la atención, por la misma razón por la que no soporto a Steven Seagal: es demasiado perfecto. Bacán hasta decir basta, un capo a quien nadie toca, los malos no le hacen daño, ni se despeina. (Soy tal vez el único crítico que se atreve a hacer semejante comparación)

Además de esto, me parecían películas demasiado fantasiosas. Acepto que una serie sobre un súper espía tiene que sacrificar ciertos aspectos de la realidad, pero ya con la última entrega, Otro Día para Morir, la saga llegó a niveles de caricatura demasiado ridículos: palacios de hielo, autos armados hasta los dientes, armaduras generadoras de electricidad y la increíble imagen de Bond surfeando en un glaciar con un paracaídas y sobre la puerta de un automóvil (Y me abstendré de mencionar la horrenda canción de Madonna).

Y ahora viene Casino Royale, adaptación de la primera novela escrita por Ian Fleming (que ya ha sido hecho antes, en una parodia con Woody Allen que dicen es un bodrio), con un nuevo actor calzando el smoking: Daniel Craig. No me he vuelto fanático aún, pero si la idea era reiniciar de nuevo la serie, esta entrega hace un perfecto trabajo.

Este es un Bond distinto al que estamos acostumbrados. Es su primera misión, capturar a Le Chiffre, un banquero que financia terroristas, mediante un juego de póquer. Y como todo novato, aquí Bond comete errores. A diferencia de anteriores entregas, no es un superhombre, se acerca más a John McClane: recibe castigo tras castigo, pero insiste. Casi pierde el juego, es torturado, recibe palizas, frustra su primera misión, es envenenado y para colmo hace trizas un pedazo de auto como el Aston Martin. Tampoco bebe sus acostumbrados Martinis y, por primera vez en mucho tiempo, se enamora.

Craig hace de Bond un personaje vulnerable, más humano; la relación con Vesper Lynd también trae consigo ingeniosos diálogos entre Craig y Eva Green; y aunque cerca del final tanto amorío ya empieza a desgastar y alargarse demasiado, lo que sucede define en lo que luego se convertirá Bond: carismático, pero frío, sin confiar en nadie y concentrándose en su trabajo. Se podría decir que sin lo ocurrido en el tercer acto, Bond no sería el personaje que ya hemos visto en 20 filmes anteriores.

En cuanto a las escenas de acción, también sufren cambios: atrás han quedado las hazañas imposibles de caricatura. Este Bond no es elegante: es brutal, violento y va directo al grano. Regresando a la serie luego de Goldeneye, Martin Campbell hace un buen trabajo en estas viscerales secuencias, demostrando su habilidad tras cámaras. Tienes que ser un buen director para poder sacarle tensión a un juego de póquer, el cual de seguro pude haber disfrutado más si es que supiese como diablos se juega.

La única crítica que puedo hacer es que es demasiado larga. Como dije, tanta escena de amor al final empieza a cansar. Pero lo cierto es que con esta entrega Bond ha renacido, en vez de convertirse en la caricatura que estaba vislumbrando. Quien sabe adonde vaya la serie desde acá, pero es un buen comienzo.

2 comentarios:

Rodrigo Guacte C. dijo...

mmm...debo reconocer al igual que tu que no soy un hincha de todas las series de bond, en realidad nunca me llamaron la atencion, aun asi debo reconocer que a pesar de ser bien resistido por algunos sectores dicen que este nuevo Bond le da otro aire a este super agente...creo que tendre que sentarme a ver esta pelicula pero para dar una opinion me tendria que sentar a ver las demas james bond...y para eso creo que aun no me siento preparado..

Saludos

Anónimo dijo...

creo que lo que mas me mata de la risa sobre esta pelicula es que "Casino Royale" muestra a nuestro super agente en Tuxedo jugandose unas blackjack con otros bien ataviados jugadores.
Osea, yo vivo en Nevada y creo que Marilyn Monroe fue la ultima en ver tipos vistiendo gala en el Casino, ahora basta darse una vuelta por ellos si quieres saber cual es la zapatilla de moda o si las camisas floreadas se llevan o no este verano, o sea, de adonde salieron con tuxedos en los casinos jajajaja.

Tragame tierra si estoy equivocado, capaz que en Montecarlo la cosa sea distina, pero en Nevada NO