miércoles, setiembre 23, 2009

El Libro del Cementerio

Tras dos horas de estudio en la biblioteca de la universidad (¡Que les parece, de cuando en cuando estudio!) encontré un libro botado en una repisa que me llamó la atención: The Graveyard Book de Neil Gaiman. Esto porque Gaiman es uno de esos autores que siempre me he propuesto leer y nunca he podido, el autor de comics como Sandman, varias novelas fantásticas y de aquel filme surreal llamado MirrorMask: hasta hoy no entiendo de qué se trataba.

Sin nada más que hacer, me senté en un sillón y mientras una china roncaba en la silla de enfrente, doblada como muñeca de trapo y con una MacBook encima de la cabeza, me puse a leer. Me devoré el libro entero en dos horas, lo que debe ser un récord personal. No me pasaba eso desde A Sangre Fría de Truman Capote.




The Graveyard Book es la historia de Nobody Owens - o simplemente Bod - quien siendo un bebé logra escapar del misterioso hombre que asesina a toda su familia y termina en un cementerio, donde los fantasmas residentes lo aceptan como uno más y deciden criarlo.

Así, Bod crece entre el mundo de los vivos, el cual desconoce por completo, y el de los muertos, donde aprende a vivir como uno más de los espectros que moran en el lugar desde hace siglos (entre ellos, un general romano). Es un lugar tenebroso y a la vez mágico, donde conviven fantasmas y demás criaturas de ultratumba en un universo desconocido para el ojo humano, por el que Bod tiene plena libertad.

Gaiman crea un ambiente entre gótico y melancólico: en el cementerio, los fantasmas saben que ya no tienen vidas que seguir, que su camino ya se acabó y lo único que les queda es ayudar al pequeño Bod a seguir el suyo: son una familia unida, una comunidad siempre dispuesta a ayudarse, en contraste al mundo de los vivos, un sitio frío e impersonal donde todos con los que se cruza Bod - desde un vendedor de chucherías hasta sus compañeros de escuela - son unos egoístas que sólo se preocupan por sí mismos. Al final, el único hogar que conoce este chico es con los que ya no están entre nosotros - y es el mejor hogar que podría tener.

Pero más allá de los elementos fantásticos - los fantasmas, la presencia de vampiros u hombres lobo, etc. - la novela trata sobre Bod y su madurez. Es la historia de un niño que debe aprender a ser mayor, a manejarse por sí mismo y enfrentar al mundo por si sólo, lo que en el cine se llamaría una historia coming-of-age. Así como muchos damos el primer paso fuera de casa, al final, Nobody Owens decide aventurarse en su propia vida, lejos del cementerio, en un final emotivo, reflejando así la experiencia de muchos. Y esto es lo que hace de esta novela fantástica y de corte juvenil tan memorable.

El libro finaliza con un verso - una canción de cuna que le canta la madre a Bod - que me pareció tan lindo que siento debo compartirlo. En inglés; traducirlo le quitaría el efecto. Para todos aquellos que están dejando el nido por primera vez, los que están enfrentado nuevas experiencias y aprendiendo a vivir por su cuenta:  


Sleep, my little babby-oh
Sleep until you waken
When you wake you'll see the world
If I'm not mistaken

Kiss a lover
Dance a measure,
Find your name
And buried treasure

Face your life
Its pain, its pleasure
Leave no path untaken

Palabras más ciertas, imposible. Hay que aprovechar lo que se nos da; toda experiencia sirve de algo.



jueves, setiembre 10, 2009

Política

Cuando estaba en la universidad, en Antofagasta, preferí no involucrarme en política. He sido criado en el turbulento y surreal clima político del Perú, donde la mejor opción es declararse neutral y reírse de las payasadas diarias de nuestros padres de la patria, a menos que uno quiera volverse loco. No tengo afiliaciones políticas; el tema me interesa, eso sí.

En la universidad, mi meta era estudiar. Y si bien simpatizaba con mis compañeros sobre ciertos temas - el alza de los pasajes en micro es el que más recuerdo - preferí no meterme en mitines ni marchas ni cosas parecidas. Era bien dificil tomarse en serio un centro de alumnos que era en verdad un cuartito abarrotado de cajones de cerveza donde todos se juntaban a tomar (me incluyo: si las paredes de ese cuartito hablaran, más de uno iría preso). Yo quería estudiar, no hacer política.

Y si no me involucré en los cinco años que duró mi carrera, menos lo voy a hacer aquí en Melbourne, en un país cuya realidad política me es ajena hasta ahora.

Justo esta semana hay elecciones para el Centro de Alumnos, por lo que ir a clases se ha convertido en un suplicio: te empiezan a perseguir voluntarios de los distintos partidos, siempre listos con un folleto y un discurso ensayado. No toman NO como respuesta; al menos se puede decir que son empeñosos.

Si les he conversado, es para justamente aprender más sobre la situación local. La cosa se divide entre el partido Synergy - centrados en derechos estudiantiles, más fondos para los clubes universitarios, mejorar la infraestructura, etc. - y los izquierdistas, uno de los cuales me acompañó por casi toda la universidad denunciado los males del imperialismo. Fue como recibir un discurso de Hugo Chávez, pero en vez de un gorila era una rubia de ojos azules.

Después de cinco o seis veces de ser atajado por estos payasos (literalmente - uno llevaba encima un afro colorinche sacado del Circo de la Chilindrina), uno ya empieza a perder la paciencia. "A ver, muchachos, entiendo lo que hacen, pero yo llevo dos meses acá y no sé nada sobre la situación local; ¡tengo que llegar a clases!"

¿Quien ganará las elecciones? No tengo idea, sólo sé que tengo que presentar un texto en taller el lunes.

jueves, setiembre 03, 2009

Impresiones de Melbourne

Ya estoy pronto a cumplir dos meses en Melbourne; se siente como el doble de tiempo. Aunque todavía no soy un experto en la ciudad - hay muchos lugares que aún no se me ocurre visitar - si he podido observar ciertas costumbres o cosas raras que han descuadrado un poco mi punto de vista sudamericano:

Juerguea temprano. La costumbre es que la gente se va a tomar unos tragos apenas sale de trabajar. Es común que los bares estén repletos a las seis de la tarde; y tampoco resulta raro ver a gente borracha en la calle haciendo escándalo a las ocho de la noche. Esto significa que las juergas suelen acabar temprano, a la una o dos de la mañana; justo cuando en Lima uno está saliendo.

¿Donde está mi Whopper? Si vienes acá a buscar un Burger King (y en verdad, ¿para que vas a ir al culo del mundo a buscar un Burger King?) no lo vas a encontrar. Como acá ya existía una cadena con el mismo nombre, le pusieron Hungry Jack's. Pero al final es la misma comida grasosa que te tapa las arterias.

Comercial de Bennetton. Melbourne es una ciudad multicultural; aquí se puede encontrar gente de todas partes: chinos, japoneses, malayos, indonesios, hindues, alemanes, peruanos (cuando no; en cualquier parte del mundo hay un perucho), colombianos, chilenos, daneses y un largo etcetera. Es tanto que a veces uno no se da cuenta que está en Australia, porque justamente lo que falta son canguros.

Estudia a la carrera. En mi universidad un semestre normal solía durar cinco meses. Acá dura con las justas tres (y eso porque a la mitad dan dos semanas de descanso). Me parece increíble que ya estoy a la mitad del semestre; pareciera que empecé ayer. El ritmo de estudio es acelerado, y se aseguran que te mantengas ocupado.

Calor y frío. El clima es totalmente impredecible aquí. Es común que en un sólo día llueva, corra viento, salga sol, haga frío y luego empiece a llover de nuevo. Hoy, tras una mañana soleada (hace tiempo no salía a la calle en manga corta) de repente empezaron a sonar truenos fuertisimos que me hicieron saltar hasta el techo; sonaba como si un avión se hubiese estrellado al lado. De ahí empezó a llover a cántaros. Así es todos los días, si es que le aciertas con la ropa que te pones, te aplaudo.

Los estilistas mejor pagados. Me acuerdo que en Lima renegaba cuando me cobraban más de 20 soles por un corte de pelo; simplemente me parece que cobrar arriba de eso es un abuso. Acá, el que te pasen las tijeras cuesta entre 20 y 50 dólares. Aún no me corto el pelo y estoy seriamente pensando en coger una máquina y experimentar en mi propia cabeza, a ver que sale.

Cosas que no he visto desde que llegué. Gente tocando bocina, policías y perros callejeros.

Veremos que otras cosas estaré diciendo dentro de unos meses...

domingo, agosto 30, 2009

MUFF 2009: Asuntos Personales


El cine no siempre es entretenimiento puro. A veces, es un medio para que un director dé a conocer sus ideas sobre un tema particular, o simplemente como un medio de desahogo, de expresar cosas que resulta más fácil mostrar que decir. Muchos de los filmes en MUFF son de este corte personal, pero ninguno más que The Marina Experiment, de Marina Lutz.

Luego de muerto su padre, Abbott, Marina encontró en su casa cantidades enormes de grabaciones en cassette, filmaciones en Super 8 y fotografías, todas de ella. Durante los primeros 16 años de su vida, Marina no tuvo privacidad. Su padre la filmaba y tomaba fotos, a veces en situaciones comprometedoras e íntimas, con una obsesión claramente enferma.

Utilizando sólo estas imágenes y voces en off, Marina pinta un retrato de un pedófilo, un escalofriante caso de abuso infantil que quedó impune. Hay bastantes pruebas, muchas más de lo que se pudo incluir en los escasos 20 minutos de metraje. Es algo bastante incómodo de ver.

Uno se debe preguntar, ¿por qué dejar que todo el mundo vea un momento tan privado en tu vida? ¿Tiene sentido mostrar tu oscuro pasado, los secretos más recónditos de tu propia familia, en una pantalla? Podría considerarse mera explotación de un hecho traumático, pero no; más que una película, este corto es una catarsis, una forma de desahogo para Marina Lutz, la única manera de asumir lo que le sucedió durante su juventud, lo que su padre la hizo pasar (filmándola en todos lados, desde én el baño hasta cuando dormía). Con esto, ella espera dar vuelta a la página. Dificil, considerando que está en terapia hace más de 30 años; a juzgar por su nerviosismo y las lágrimas que no pudo evitar soltar en el conversatorio post-pelicula, es obvio que esta es una herida que hasta hoy no termina de sanar.

The Marina Experiment se siente real, demasiado real para algunos. Es chocante justamente por su veracidad, por mostrar sin adornos una realidad que, desafortunadamente, se da bastante en la actualidad.

miércoles, agosto 26, 2009

MUFF 2009: Cortos de la Discordia


Además de largometrajes, la oferta del Melbourne Underground Film Festival incluye el Mini MUFF, una serie de sesiones con cortometrajes de diversos géneros. Las sesiones (por cierto: las funciones de cine acá se conocen universalmente como "sessions") estaban divididas en bloques, cada una abarcando a grandes rasgos un género: contenido erótico o adulto, experimentales, terror y documentales. Justamente me tocó ver estos dos últimos, en un bar llamado Loop, uno de esos sitios alternativos que promueve la cultura a través de funciones de cine, conciertos, muestras de arte y asuntos parecidos.

La oferta de cortos fue variada y como era esperarse de un evento que se proclama como "underground", bastante únicos y extraños.

Melbourne es conocida por el fanatismo de su gente por el fútbol australiano, una mezcla entre rugby y soccer que hasta ahora no entiendo, pero que despierta pasiones en todos. The Community Cup muestra un partido anual entre dos equipos de barrio locales, donde nadie es deportista ni sabe jugar, pero se ha convertido en toda una fiesta, con música en vivo y cerveza en cantidades. Aún tratándose de dos equipos mediocres, nadie se lo pierde y no se podría esperar otra cosa en esta ciudad.



Las Ramonettes son una banda tributo a los Ramones, fanáticos confesos de la banda punk. Su cantante, Suzy, incluso se cambió el apellido legalmente a Ramone. La entretenida Ramones are not Dead los sigue a través de una extensa gira por Europa y Asia. Japón, Alemania, Francia, España, la República Checa, Eslovaquia... el itinerario es largo y queda claro que en cada rincón del mundo puede encontrarse un punkie devoto a Joey, DeeDee y los demás. Y claro, todos estos fans se llaman Ramone y encuentran que Blitzkrieg Bop es la mejor canción de la historia.

Un tipo que se lamenta del cierre de las grandes industrias en Estados Unidos descubre que todo lo que lo rodea: su taza de café, los cubiertos, las sillas, su ropa, incluso su tinte para la barba; es fabricado en China. Esta obsesión con el país de Mao lo lleva a declarar que el futuro de la industria mundial se encuentra en el país asiático y a la mejor manera de un video turistíco, sugiere a todos mudarse para allá. Visit China es experimental y extraña, pero te hace dar cuenta que en verdad, todo lo que nos rodea está fabricado en Asia.

Esto es sólo una muestra de la diversidad de temas que encontré en estos cortos: una abuela se salva de morir durante la dictadura de Pinochet (1973), tres chicos drogados emprenden una alucinada odisea a un supermercado, al mejor estilo de Trainspotting (Vulture Culture), en fin: la lista es larga y hay para todos los gustos.

Matinee ha sido la causa de la discordia en la edición de este año: un corto que incluye explicitas escenas de sexo, consensuadas (las protagoniza una pareja), naturales y sin muestras de morbosidad o mal gusto (según me cuentan, al menos), que fue prohibido por la OFLC, la versión australiana del MPAA gringo, que se encarga de dar calificaciones a todas las películas que llegan a este país. Y aunque normalmente los filmes de festivales no son calificados, el contenido de este corto al parecer fue demasiado para ellos.

La protesta de Richard Wolstencroft no se hizo esperar; en una carta abierta a la OFLC, les reprocha su falta de criterio. Esto debido a que hace apenas un par de semanas, el festival de cine de Melbourne exhibió Antichrist de Lars Von Trier, un film crudo y al parecer repleto de imágenes chocantes ("mutilación genital" es el término que suelo escuchar, además de "Willem Dafoe hace cosas raras con un árbol"); la carta menciona que si este film no fue prohibido, Matinee, en comparación una obra menos controversial, también merece el visto bueno.

Wolstencroft no es un tipo que calla sus opiniones, y las reacciones no se han hecho esperar. Lo último que supe, estaban considerando pasar el corto de todas maneras y si era necesario arrestar al controversial organizador, pues que así sea. En todo caso, sería buena publicidad para el evento. Por mientras, da curiosidad ver el mentado corto y ver a que se debe tanto escándalo.

Si quieren seguir la discusión (y si saben inglés) pueden darle una mirada al blog de Wolstencroft, el campo de batalla, en http://ideafix7.wordpress.com/.


domingo, agosto 23, 2009

MUFF 2009: El Cine Australiano Actual

El Festival Internacional de Cine de Melbourne es uno de los eventos cinematográficos de mayor prestigio en esta ciudad, el esperado por todos los fanáticos cada año, el Melbourne Underground Film Festival es su hermano menor rebelde y menos conocido, la oveja negra de la familia.

El MUFF es la protesta hecha un festival. Su creador y organizador es Richard Wolstencroft, un tipo alto y gordo con una labia potente y sin miedo para dar sus opiniones a voz en cuello y sin tapujos. El texto de bienvenida en el folleto informativo empieza con un nada sútil Fuck you a todos aquellos que suelen abocar por el cine alternativo e independiente pero siguen rindiendole culto a los multicines y a las funciones del festival mayor.

Así, durante los últimos diez años, MUFF se ha esforzado por dar a conocer a cineastas locales e internacionales de pocos recursos, pero de grandes ideas, que no tendrían la oportunidad de mostrar sus obras en otros circuitos. Un apreciable esfuerzo cultural que refleja sus raíces independientes hasta en su organización: las funciones se realizan en distintos bares de la ciudad, donde la gente se amontona en sillas plegables frente a un proyector para ver cine y tomar cerveza en cantidades.


Supuestamente, Wolstencroft y sus secuaces están remediando los problemas del cine australiano actual. Por ello resulta apropiado que abran el festival con Into the Shadows, un documental que detalla los altos y bajos de la cinematografía local.

Australia se apuntó un temprano hito en la historia del cine mundial con The Story of the Kelly Gang, el primer largometraje hecho a nivel mundial. Sin embargo, el posterior florecimiento del cine local se vio frenado por la Segunda Guerra Mundial y no fue hasta los 70s que volvió a renacer. La aparición de cineastas como Bruce Beresford o Phillip Noyce le dio una nueva voz al cine de este país; y sus propuestas se vieron apoyadas por público y crítica.

Esto hasta la aparición de los multicines, que pronto dejaron fuera de combate a salas alternativas como el Valhalla o el Electric Shadows en Canberra, un cine al estilo antiguo que se ha convertido en un mito para varios cinéfilos. El film es en parte un afectuoso homenaje a estas épocas, donde cada propuesta, sin importar que tan experimental, encontraba un público. Ver videos de la clausura del Electric Shadows (que luego se convertiría en un multicine, obvio), resultó emotivo. Nunca he ido, pero si me dio algo de pena y me hizo acordar las salas que yo visitaba cuando era joven, el Alcazar (¿Se acuerdan cuando tenía dos salas?), el Real que hasta ahora sigue abandonado y el Orrantia, ahora convertido en una iglesia evangélica o algo por el estilo.

Sin embargo, el documental también es bastante crítico y lo demuestra al hablar del panorama actual. Para el director, Andrew Scarano, el problema es doble. Por un lado, están las mismas salas, reacias a programar el cine nacional y dándole mayor cabida al producto hollywoodense, al igual que el público. Y por otro lado, están los cineastas, herméticos, que deciden no arriesgarse y tratar de llegar al gran público mediante filmes de género transgresores, en vez de eso trabajando en proyectos demasiado personales y densos que nadie entiende salvo ellos. Las peliculas australianas más vistas a nivel internacional son filmes de terror como Wolf Creek de Greg McLean, o películas sobre criminales como Chopper de Andrew Dominik; ambas obras de género bien recibidas por público y crítica. El problema parece ser que ningún cineasta quiere hacer este acercamiento.

Lo más interesante es que, a pesar de encontrarse al otro lado del mundo y dentro de una cultura totalmente distinta, el estado del cine australiano actual puede compararse un poco con el peruano. El poco apoyo que reciben los filmes nacionales, de parte de público y crítica y la falta de salas alternativas que le puedan dar un espacio (una queja que suelo escuchar bastante) es algo ya bastante documentado. Y muy pocos directores en el cine peruano suelen arriesgarse con filmes de género y los que lo hacen, no tienen buenos resultados (véase Mañana te Cuento o La Gran Sangre). Sería una manera de acercarse al público masivo, pero en vez de eso apuntamos a las obras artísticas y personales que dificilmente pueden encontrar un hogar. La industria en Australia refleja bastante esta situación.

Into the Shadows resulta entonces bastante informativa y algunas de sus observaciones sobre la industria bien pueden aplicarse en cualquier parte. Así se inicia el MUFF, que promueve la diversidad en el cine australiano y con un programa dedicado al cine de género (terror, suspenso, drama) y a propuestas alternativas, promete un cine muy pero muy distinto.

viernes, agosto 14, 2009

Sr. y Sra. Scorsese

En 1974, después de Mean Streets y antes de filmar la que sería su primera obra maestra, Taxi Driver, Martin Scorsese llevó una cámara a la casa de sus padres en Nueva York para una pequeña conversación. El resultado fue Italianamerican, un mini documental que nos permite ver al director en un entorno más íntimo y familiar.

Catherine y Charles Scorsese se adoran; se insultan, discuten y se burlan uno del otro como sólo pueden hacerlo las parejas que llevan años juntos y se conocen al derecho y al revés. Sentados en su sala, sin más acompañamiento que su hijo y una cámara, empiezan a recordar varios aspectos de su vida como hijos de inmigrantes en Estados Unidos.

Su experiencia refleja la de muchos otros, la misma gente que hizo de Nueva York la ciudad multicultural que es hoy. Muchas de sus calles deben su imagen, su estilo de vida y sus particularidades a las familias italianas, chinas, judías, que llegaron en busca del sueño americano.

Catherine y Charles también tuvieron que pasar penurias: hijos de familias grandes, nueve a diez personas viviendo en un pequeño departamento, trabajando de lo que sea para ganarse el pan. Como ellos, muchas personas llegaron a Norteamérica sólo con lo puesto, pero lograron salir adelante, sin olvidar sus raíces, de donde vinieron y como ello ha construido su forma de ver el mundo. Ambos comparten sus puntos de vista sobre religión, política y sociedad, sin tapujos.

Lo que más sorprende es lo cómodos que están ambos frente a una cámara. Se desenvuelven con naturalidad y buen humor. Resulta raro ver a Scorsese, el mismo director responsable de tantas películas de gangsters con altas cuotas de violencia, tímido y nervioso cuando sus padres lo sermonean por no ir al dentista ni afeitarse la barba. Ambos ríen; la madre es de personalidad dominante y lengua rápida (de donde más iba a sacar Martin su verborrea), el padre tranquilo y bromista (Martin es el vivo retrato). Scorsese les dio pequeños papeles en sus filmes hasta su muerte: con su candidez y buen humor frente a su hijo, tiene sentido.

Italianamerican fue presentada en el New York Film Festival en 1975; hoy en día, no suele verse muy seguido (aunque para eso está YouTube). Es una obra atípica en la filmografía de Scorsese y tal vez su trabajo más personal. Una mirada a su vida familiar, generaciones de familias que superaron obstáculos para dar origen a la Nueva York que hoy se conoce. Los créditos finales incluyen la famosa (y extensa) receta de Catherine para hacer albóndigas, suficiente para abrirle el apetito a cualquiera.


jueves, julio 30, 2009

Cine Peruano en Melbourne

Ni bien llegué a Melbourne, empezó el Festival Internacional de Cine local, que cada año reúne a los cinéfilos australianos, principalmente en el Greater Union Cinema, un complejo de salas que, con sus coloridas luces y decorado parece sacado de los 80.

El MIFF incluye una programación diversa, desde lo mejor del cine australiano actual, retrospectivas de autores europeos y lo más reciente de la vecina Asia. Como la ciudad misma, es un evento multicultural que atrae a todo tipo de gente. Y es que el público australiano no sólo está bastante orgulloso de su producción nacional, sino que son bastante receptivos al cine mundial. Sin ir más lejos, el Greater Union reserva una sala para producciones de Bollywood.

El festival tiene varios estrenos interesantes: Moon de Duncan Jones, hijo de David Bowie y que está siendo llamado un nuevo talento en la ciencia ficción; Thirst, lo más reciente de Park Chan Wook (recordamos con afecto Oldboy), Antichrist de Lars von Trier, que como todo lo del danés, ha levantado controversia; The Hurt Locker de Kathryn Bigelow; entre muchas otras.

Desgraciadamente, el inicio de clases y mi búsqueda de casa no me ha permitido prestarle atención al festival, aún si me encantaría compartir tantos buenos filmes con otros. Eso y el que las entradas son bastante caras. Hay que decirlo, ir al cine en esta ciudad es un vicio costoso, aunque ahora que ya conseguí mi carné universitario, por ahí podré sacar algunos descuentos.

Esto hasta que vi en competencia La Teta Asustada, de Claudia Llosa, film que no pude ver en Lima (la controversia y discusiones nacionalistas que levantó tampoco animaban mucho). Había que apoyar la producción peruana, así que con algunos peruchos rezagados en esta tierra, pagamos nuestra entrada y fuimos en mancha. Hacia dos semanas que no iba al cine, algo raro en mi, así que había que hacerlo. Así es: me vine hasta Australia para ver cine peruano. Y me llevé una grata sorpresa.



El Perú sufrió una revolución cuando La Teta ganó el Oso de Oro de Berlín de este año; muchos se alegraron de que al fin el cine peruano pueda llevarse un reconocimiento de talla mundial. Así como tampoco faltaron los negativos que acusaron a Claudia Llosa de racista y desmerecieron el premio como una simple fascinación de los extranjeros por lo exótico. Ahora que la controversia se apagó y la película se deja ver con tranquilidad, no quedan dudas de que Llosa es un talento en ciernes; su película tiene mucho que decir y resulta una grata novedad dentro de lo que nos tiene acostumbrados el cine peruano.

Fausta es la viva representación de todos aquellos que sufrieron bajo el terrorismo durante la época de la guerra popular. Un miedo que le inculcó su madre desde pequeña y que no le ha dejado disfrutar de su vida. Es una chica retraída, callada, desconfiada de los hombres, que prefiere cantar para sí antes de hablar con nadie. Así como ella, mucha gente en el interior del país aún no se reconcilia con los horrores vividos en aquella época. Fausta representa una herida que para muchos no termina de sanar.

Asistimos a la vida de este particular personaje a través de Magaly Solier, quien logra un trabajo impecable sin tener que decir mucho; sus expresivos ojos esconden un temor irreconciliable, un miedo a todo lo que la rodea. Su dolor es palpable, aún si ella misma no tiene la culpa.

Fausta no pidió ser así; lo heredó. Vaga por la vida ajena a los demás, encerrada en sí misma, pero al mismo tiempo queriendo alejar esa cruz que no le permite vivir. En Lima, en la gran ciudad, se siente aún más aislada. El único contacto que tiene con los demás es a través del jardinero de la casa donde trabaja; él la ve queriendo liberarse de esta muralla que se ha construido para sí misma.

Llosa se da tiempo para contrastar la vida de los habitantes de una barriada con las de gente de mayores recursos. Una comparación bastante singular: mientras que los primeros superan su pobreza con alegría, chabacanería y buen humor, la pianista, una mujer de buen vivir, vive sola y amargada por no poder componer música, quedando claro que sus intenciones para con las canciones de Fausta no son santas. Una traición del primer contacto humano que la chica tiene en toda su vida.

La Teta Asustada es una historia triste, sobre una chica tratando de recuperar una humanidad que la historia de su propio país le arrebató. Vive aislada porque no conoce otra cosa; pero así como las flores tienen la oportunidad de crecer otra vez, ella también encuentra la esperanza de poder superar un pasado que la ha marcado por siempre.

lunes, julio 27, 2009

Inicio de Clases


Tras dos semanas de adaptarme a la ciudad de Melbourne, buscando un cuarto en alquiler en todas partes y soportando un frío de los mil diablos, hoy empecé clases. Hacía tres o cuatro años que no entraba a una sala de clases; al principio se sintió raro esto de volver a ser estudiante, pero se me pasó. Voy a llevar apenas cuatro cursos, todos de lunes a miercoles, lo que me deja el resto de la semana para buscar un trabajo part-time, dormir hasta tarde, ir al cine, lavar la ropa sucia, leer o cualquier otra cosa que se me ocurra hacer con tiempo libre.

No puedo negar que he tenido dudas acerca de si estar a la altura del programa; pero hasta ahora parece que todo va sobre ruedas. Estoy aprendiendo sobre edición: técnicas y procesos para la edición literaria, lo que me da la oportunidad de poner bajo la lupa la dichosa novela que estoy escribiendo hace dos años y nunca he terminado. Otro curso se parece bastante al taller de literatura que llevé hace años con Ivan Thays y Alonso Cueto, o al menos sigue la misma dinámica: dedicar algunas horas a lecturas varias y presentar los escritos en taller para que sean evaluados por los demás alumnos.

Queda el tema del idioma, porque obvio, el inglés no es mi lengua materna y no escribo in english desde que era niño, cuando me inventaba historias de ciencia ficción para las colecciones de alumnos que publicaban en El Mochito (un amigo creó la cuarta secuela de Alien mucho antes de Resurrection; pero en su versión los monstruos caian en la tierra durante un partido entre los Bulls y los Lakers, mataban a Michael Jordan y luego John McClane y Rambo debian infiltrar el estadio y eliminarlos a todos). Pero es cosa de práctica y la cosa es justamente aprender a escribir en dos idiomas.
Así, se abren nuevas puertas. Y como no tengo donde ponerlas, he aquí algunas fotos varias de mis primeros días en esta ciudad.


Paseando en el tram... al principio te pierdes, pero es cosa de costumbre

El Charles Dickens, un pub inglés, donde todos se juntan a tomar cerveza y ver partidos de futbol australiano (deporte que hasta ahora no entiendo, sólo veo a 20 puntas en una cancha agarrándose a patadas)

No sé que es esto, pero igual da risa.

jueves, julio 16, 2009

Desde Melbourne

Ha sido el viaje más largo que he hecho en mi vida. 13 horas de Santiago hasta Auckland, en un avión donde lo único que había por hacer era dormir o ver tele. Me vi como cinco películas y no le presté atención a ninguna.

Tras un pequeño traspié en Nueva Zelanda, donde quedé dos horas varado en el aeropuerto y la aerolinea perdió mi maleta, llegué a Melbourne, al barrio donde vive mi hermana, que por sus casitas rústicas y cantidad de restaurantes y bares, recuerda a Barranco.

Mientras estoy tratando de acostumbrarme a esta nueva ciudad, perdiendome en el centro, aprendiendome las rutas del tranvía y buscando un cuarto para alquilar antes que empiecen las clases en dos semanas, puedo prepararme a traer de vuelta a Desaires... tal vez el cambio de ambiente me renueve las ganas de escribir.

Melbourne es una ciudad bastante cultural, llena de eventos culturales, festivales, música, teatros y claro, cine; así que tema no creo que me falte. Y así volvemos a este blog, renovado y con ganas de hablar de todo y de todos... si es que me quedan lectores por ahí, bienvenidos sean.

Me encantaría poner fotos pero no tengo cámara y la de mi hermana no funciona, así que por mientras tendrán que usar la imaginación.

miércoles, abril 29, 2009

Anuncio

De seguro, mis pocos lectores se habrán dado cuenta que hace tiempo no actualizo este blog. Y eso que antes no lo hacía tan seguido tampoco. Antes que se pregunten si es que me tragó la tierra, dejo claro que sigo aquí.

Me he puesto a pensar porque me está costando tanto actualizar este blog de cine. He visto varias películas durante el último tiempo, de hecho a algunas vale la pena dedicarles unas cuantas líneas. Pero aún asi, no me nace. Y tras pensarlo, creo que la razón es simple: estoy saturado.

No sé si esto le ha pasado a algún otro cinéfilo... de repente, el ver tantas películas se vuelve una rutina. En mi afán por ver cualquier cosa que me pase delante de los ojos, ya ni siquiera les presto atención. Veo película tras película distraído, verlas por el sólo hecho de verlas; es común quedarme dormido a la mitad sin razón aparente.

El cine todavía me apasiona y aún sigo disfrutando de unas buenas idas al cine - Gran Torino está entre las mejores películas del año - pero no quiero que se me vuelva rutina. Y por eso he decidido desconectarme, ver las películas que de veras me interesa ver, no hacerlo por el simple hecho de tener algo que hacer un par de horas.

¿A alguien alguna vez le ha pasado esto? ¿Tiene sentido lo que estoy escribiendo aquí?

El caso es que para esto, parece que este querido blog se tomará un pequeño descanso. Por ahora, aparte de ver películas, quiero ponerme a leer, a escuchar música, a ver si puedo retomar esa veta de escritor que ya lleva bastante tiempo estancada.

Incluso estaba pensando hacer un pequeño cambio en Desaires... después de casi cuatro años, creo que ya es tiempo... y como estoy pronto a hacer un viaje importante, la idea era convertirlo en una bitácora de viaje o algo parecido. Pero eso lo decidirá el tiempo.

miércoles, marzo 04, 2009

Nací el 4 de Julio


Ron Kovic miraba la Guerra de Vietnam como muchos otros jóvenes en los años 60: una oportunidad de servir a la patria, de ser un héroe y combatir el avance del comunismo, el tener aventuras en un país exótico. La realidad fue mucho más dura. Basándose en sus propias memorias, Kovic escribió el guión para este film junto con Oliver Stone, que en esa época se dedicaba de lleno a desmitificar un conflicto del cual formó parte.

Si Pelotón fue su descarnada mirada al frente de combate y el efecto inmediato que este podía tener sobre los soldados, Nacido en el Cuatro de Julio muestra las consecuencias. Kovic volvió de la guerra como un hombre cambiado. Perdió el uso de sus piernas tras una batalla y, confinado a una silla de ruedas, pudo observar como el clima social en Estados Unidos había cambiado. Los veteranos que se fueron como héroes eran abandonados a su suerte en las peores condiciones en los hospitales; la juventud, sumida en la cultura hippie del amor y paz, protestaba en contra de la guerra y veía a los soldados como chicos manipulados a pelear por un sistema que no los quería.

La situación de Kovic era similar a la de muchos hombres que volvían de la guerra: tener que readaptarse a su antiguo hogar, a la vida en familia, el tratar de ser útiles lejos del campo de batalla. Un reajuste que no fue fácil para nadie. Ron tiene que pasar por ello no sólo con su parálisis, sino en un cambiante clima social.

Pronto, Kovic se da cuenta de que no tiene lugar. Aquellos en contra de la guerra no lo reconocen, lo miran en menos, lo atacan. Y los jóvenes idealistas que, como él, fueron a pelear por la bandera pronto se dan cuenta de la inutilidad de sus ideales, cuando el país no los apoya y los trata como desechos. Lo único que Ron sacó de la guerra de Vietnam fue una herida que le costó el uso de sus piernas. No encontró lugar en su desesperada familia, que no supo como lidiar con su hijo frustrado y postrado en silla de ruedas, ni con los otros veteranos de guerra que fugan a México luego de desilusionarse con la situación nacional; olvidados, se refugiaron en las drogas y el alcohol. Es una historia que se repite en cualquier veterano de guerra hasta hoy.

Este fue el primer papel adulto de Tom Cruise, el primero en obviar su estatus de galán y darle un papel sustancioso. El actor se sumergió en la piel de Kovic, demostrando ser mucho más que una cara bonita y ganándose una merecida nominación al Oscar. El resto del reparto, en el que destacan muchos de los actores de Pelotón – entre otros, Tom Berenger y Willem Dafoe hacen apariciones fugaces – cumple con lo suyo, pero esta es principalmente la historia de Kovic, desde sus inicios como el idealista chico popular de la secundaria hasta su realización como un reconocido activista en contra del conflicto armado, papel que desempeña hasta hoy.

Sin duda, este es uno de los mejores filmes anti-bélicos que se han hecho, una crítica de Stone hacia una guerra en la que (como siempre) Estados Unidos no tenía nada que hacer, uno de tantos errores estratégicos que costaron vidas. Deja claro que, como si no lo supiéramos ya, la guerra es un ejercicio inútil que no conduce a nada, sin importar el contexto.

viernes, febrero 06, 2009

Secretos Íntimos

Una tendencia del cine norteamericano contemporáneo es desnudar las verdades detrás del aparente “sueño americano”: familias perfectas que esconden frustraciones y secretos oscuros, mostrando que la vida en Estados Unidos no es tan fácil como la pintan. Directores como David Lynch o Sam Mendes han sido dos realizadores comprometidos con esta visión y a ellos ahora se suma Todd Field con Secretos Íntimos, su segundo film.

El suburbio de Boston donde transcurre la historia parece ser como cualquier barrio de clase media en Estados Unidos. Ahí se conocen Sarah (Kate Winslet) y Brad (Patrick Wilson), ambos atrapados en matrimonios sin amor que pronto empiezan a verse a escondidas, usando la amistad de sus pequeños hijos como excusa. Alrededor de ellos conocemos a Ronnie (Jackie Earle Haley), un pederasta exhibicionista recién salido de prisión que se convierte en la escoria del vecindario; y Larry (Noah Emmerich), un violento ex policía.

Todos en este film tienen un lado oscuro, algo que esconder y de ahí que se sienta real su presentación del típico suburbio. Brad, por ejemplo, es el “bacancito” cuyos mejores años fueron durante la secundaria y todo ha ido en picada desde entonces: su esposa, Kathy (Jennifer Connelly) es una exitosa y controladora cineasta que gana el pan mientras el esposo cría al hijo solo. La relación con Sarah le da la oportunidad de lucirse, de encontrar esa gloria perdida como el “Rey de la Fiesta de Promoción”, que es como lo llaman las vecinas. Sarah, por su parte, se aferra al affaire con el ímpetu de una adolescente que descubre el primer amor, descuidando a su pequeña hija, aún sabiendo que no tiene futuro, mientras se siente cada vez más distanciada de su esposo.

Field entrecruza las diferentes historias con una mezcla de tragedia y humor negro que funciona (Basta con ver como Sarah descubre lo que su esposo hace encerrado en su escritorio todos los días). No llega a los límites de caricatura de Belleza Americana, película a la que se asemeja en espíritu, pero logra no caer en el melodrama ni la lágrima fácil, algo que podría esperarse considerando de qué se trata.

Es fascinante entonces, ver a Field desnudar a este grupo de personas, una colección de frustrados cuyos futuros no resultaron como querían, Brad un abogado incapaz de colegiarse y sin trabajo, Larry un policía en desgracia obsesionado con la seguridad de su vecindario a manera de redención, incluso Ronnie, un hombre que quiere una vida normal pero cuyos peores impulsos no se lo permiten. Haley, haciendo un retorno a la actuación luego de tres años y ya totalmente alejado de su papel infantil de Kelly Leak en Bad News Bears, se lleva las palmas con un difícil papel, un hombre patético que en ningún momento es pintado como víctima, considerando que sus peores demonios aún le siguen rondando: provoca asco y tristeza al mismo tiempo.

Un sólido reparto lleva a buen puerto esta historia, un retrato de la vida suburbana donde la gente siempre muestra dos caras y resulta cínica: véase síno a la tropa de vecinas chismosas, que se escandalizan cuando Sarah y Brad entablan una relación, aún sabiendo que ellas se mueren de ganas de hacer lo mismo; no tienen problemas en señalar con el dedo, sin admitir sus propios defectos. Una realidad que se repite en cualquier barrio de clase media, en cualquier lugar y que Field y el guionista Tom Perrotta logran plasmar tan bien en este notable film.

lunes, enero 26, 2009

Benjamín Botón


Benjamin Button (Brad Pitt) nace en circunstancias inusuales: recién nacido, tiene la apariencia de un anciano de 80 años. Abandonado por su padre, cuidado por una amable enfermera en un hogar de ancianos, Benjamin pronto descubre que está envejeciendo al revés. Así, el director David Fincher nos lleva a conocer la extraña y fascinante vida de este peculiar personaje.

A lo largo de su vida, Benjamin siempre estuvo en el lugar incorrecto en el momento equivocado. Pasó su niñez rodeado de gente mayor, un niño atrapado en el cuerpo de un frágil abuelito, que debido a sus problemas físicos no tuvo una infancia propiamente tal. Desde pequeño, la muerte se volvió una constante en su vida, tener que despedirse diariamente de las personas que lo rodeaban, las únicas que conocía. Un tema que muchos ignoramos de niños y con el que Benjamin tuvo que lidiar desde sus primeros días.

Daisy (Cate Blanchett) fue una constante en la vida de Benjamin: su verdadero amor, una relación donde ambos iban por caminos separados, condenada al fracaso. Mientras ella es una bailarina en ascenso disfrutando de la vida y la juventud, Benjamin es una persona mayor en cuerpo joven, cuyos años de ser rebelde y joven ya pasaron.

Button siempre iba a ser un solitario. Cuando él y Daisy se encuentran en el momento preciso, pueden al fin vivir su relación – pero sólo por un tiempo, ya que ella está envejeciendo y él, volviéndose cada vez más joven (pero con las experiencias y mentalidad de un anciano), hasta que llegará al final de sus días tal como vino al mundo: sin poder valerse solo y cuidado por otros. Siempre regresando al único hogar que conoce, al hogar de ancianos que lo acogió como uno más.

Todas las relaciones de Benjamin son pasajeras: la gente que conoció al nacer se fueron desde temprano y todos los que conoce después se irán antes que él. Es una existencia melancólica y solitaria. Pero al igual que en el mundo real, es lo que uno hace con su vida lo que cuenta. Y a pesar de su particular situación, la vida de Benjamin Button es como la de cualquier persona: llena de penas, alegrías y experiencias únicas. Y es el efecto que tiene sobre toda la gente que conoce a lo largo de su viaje lo que perdurará en la memoria.

David Fincher nos entrega una fábula fantástica y dramática, acerca de un particular personaje que refleja lo que es vivir, con sus malos y buenos ratos. Benjamin supo superar sus circunstancias y tener una vida plena. Uno nunca sabe lo que puede suceder, lo que le traerá el futuro: lo mejor es sacarle todo el provecho que se pueda, como lo hizo el buen Sr. Button.

martes, enero 13, 2009

Un Día con Morgan


10 Artículos o Menos es una película sencilla. Locaciones simples, dos actores, mucho diálogo y con el único afán de contar una buena historia sobre la amistad que se da entre dos personas de mundos diferentes que parecen no tener nada en común.

Morgan Freeman interpreta a un actor sin nombre investigando un papel en un supermercado en los barrios latinos de Los Ángeles, donde entabla amistad con una cajera de armas tomar. Así, seguimos a ambos por un viaje a través de la multicultural ciudad donde conocerán un poco más del otro. Como dije, algo verdaderamente sencillo pero que los actores saben llevar a buen puerto.

La película no lo dice, pero Freeman básicamente se interpreta a sí mismo: un famoso querido por todos que no teme burlarse un poco de su propia persona: uno de sus últimos proyectos fue un thriller con Ashley Judd… ¿les suena conocido? Al mismo tiempo, es una leve burla a aquellos actores que viven en una burbuja y están acostumbrados a que todo se les haga… resulta hilarante ver a este Morgan ficticio sin celular, sin efectivo, incapaz de acordarse del teléfono de su propia casa, sin saber que día es y haciendo las compras en supermercado como cualquier mortal por primera vez en su vida. Es, al final, un viaje de descubrimiento, para ambos: es a través de él que la cajera encuentra la fuerza de cambiar su vida, buscar un mejor futuro y dejar atrás un empleo mediocre y un historial de malas relaciones.

Paz Vega brilla en su segundo rol en habla inglesa; y Freeman derrocha tanto carisma y buen humor, resulta una persona tan buena y tan sencilla, que es casi lo que probablemente sucedería si nos encontrásemos con él en la calle. Esta película es como pasar el día con uno de los mejores actores de la actualidad, un tipo que en todos sus papeles ha demostrado ser buena persona, noble y confiable. Al final, uno desea seguir viendo más de este Freeman, sin importar que tan ficticio o real sea, junto a su simpática y atractiva compañera de viaje.

10 Artículos o Menos es cine independiente de esos que hay que buscar para ver, pero vale la pena. Además, tiene la distinción de ser la primera película que estuvo disponible para descargas en simultaneo con su estadía en los cines. Sin importar el medio, es una historia sencilla pero mágica que logra atrapar, con mucho buen humor.

jueves, enero 08, 2009

Ciclo de Cine en CC de España (Publicidad)

Batman, Dos Caras y el Guasón. Dos robots que se enamoran. Embarazos a temprana edad. Van Damme adicto a la heroína. Los dinosaurios de los Stones siguen tocando. El negocio petrolero corrompe al hombre. La vida en una cárcel femenina. Marky Mark le habla a las plantas. Si te perdiste alguno de estos hitos del cine del 2008, ahora está la oportunidad de volverlos a revisitar.

La revista Godard! y el Centro Cultural de España presentan este mes la muestra "Los Mejores Estrenos del 2008", un repaso a lo mejor de la cartelera del año pasado, que incluye blockbusters, filmes de autor y cintas familiares, algunas en formato digital, otras en celuloide, para sentirse "como en el cine". El ingreso es libre y la capacidad limitada, así que si quieres recordar que fue lo que viste en el 2008, date una vuelta.

A continuación los dejo con la programación.

SABADO 10 DE ENERO
3 pm. El Fin de los Tiempos, de M. Night Shyamalan
5 pm. Hasta la Muerte, de Simon Fellows

DOMINGO 11 DE ENERO
3 pm. Lassie, de Charles Sturridge
5 pm. Shine a Light, de Martin Scorsese
7 pm. Luces al Atardecer, de Aki Kaurismaki

JUEVES 15 DE ENERO
5 pm. Sweeney Todd, de Tim Burton

SABADO 17 DE ENERO
5 pm. 4 Meses, 3 Semanas y 2 Días de Cristian Mungiu
7 pm. El Asesinato de Jesse James, de Andrew Dominik

DOMINGO 18 DE ENERO
3 pm. La Isla de Nim, de Jennifer Flackett y Mark Levin
5 pm. Relaciones Peligrosas, de Sidney Lumet
7 pm. En el Valle de las Sombras, de Paul Haggis

JUEVES 22 DE ENERO
5 pm. Juno, de Jason Reitman

SABADO 24 DE ENERO
5 pm. Sueños y Delitos, de Woody Allen
7 pm. Petroleo Sangriento, de Paul Thomas Anderson

DOMINGO 25 DE ENERO
3 pm. Horton y el Mundo de los Quien, de Jimmy Hayward y Steve Martino
5 pm. Crimen Oculto, de Gus Van Sant
7 pm. Batman: El Caballero de la Noche, de Christopher Nolan

JUEVES 29 DE ENERO
5 pm. Promesas Peligrosas, de David Cronenberg

SABADO 31 DE ENERO
5 pm. Luz Silenciosa, de Carlos Reygadas
7:30 pm. Traición y Lujuria, de Ang Lee

DOMINGO 1 DE FEBRERO
3 pm. Wall-E, de Andrew Stanton
5 pm. Camino a la Redención, de Terry George
7 pm. Leonera, de Pablo Trapero