sábado, agosto 19, 2006

Bombas Humanas

Paradise Now de Hany Abu-Assad es la primera película palestina en ser nominada al Oscar (este año); la primera que yo haya visto y una que logra hacer algo que no creí posible: humanizar a unos terroristas.

Said y Khaled son amigos de la infancia reclutados para un atentado suicida en Tel Aviv. Con la promesa de alcanzar el cielo, ser recibidos por ángeles y estar más cerca a Dios, son seducidos a ponerse bombas en el pecho y cruzar hacia Israel a matar a miles de personas. Así, asistimos a todo el ritual de preparación: el entrenamiento, los disfraces, la preparación de las bombas, hasta la última cena de ambos jóvenes. Todo esto presentado por un ojo frío, sin frivolidades, austero y casi documental, lo que hace de todo mucho más chocante.

Es común ver en las noticias atentados donde algún suicida se quitó la vida y se puede pensar con mucha facilidad que esta gente no son más que unos fanáticos locos y asesinos; por lo menos esa es la imagen que vende, pero lo cierto es que el conflicto en Medio Oriente no puede verse en términos de blanco y negro y esto queda personificado en Said y Khaled. No son más que dos chicos manipulados por una prédica sin sustento, que sólo alimenta la violencia, una manera de vida en la que creen fervientemente sin entender bien el porqué. Ambos tienen distintos motivos para ofrecerse para el atentado, aunque se basan en lo mismo: un escape del peligroso estilo de vida en una Palestina en constante conflicto, donde bombas que caen son cosa de todos los días.

No estoy apoyando actos de terrorismo (vengan de quien vengan, me parecen aberrantes), pero debo felicitar a Abu-Assad por tratar este tema con seriedad, sin glorificarlo ni echando mano de recursos inútiles como pirotecnia, romance o melodrama: es una presentación simple, bastante dificíl de ver no por contar con imágenes fuertes, sino porque el tema en sí es algo muy chocante: ver a dos tipos normales, con familias que los quieren, dispuestos a entregar sus vidas a una causa ciegamente, sin pensar que tal vez con eso no se llegue a ninguna parte. Khaled lo resume bastante bien al final: "Nosotros los matamos, ellos nos matan, y esto nunca se va a acabar".

Paradise Now es un filme interesante por presentar el conflicto en Medio Oriente desde un punto de vista que nadie nunca suele considerar, ni que los noticieros nos dejan ver: de como gente normal se ve obligada a hacer las cosas más horrendas. Hay que tener nervio para ponerse una bomba encima y explotar, pienso yo. ¿Que es lo que motiva a esta gente? Este film pone a pensar sobre el tema.

lunes, agosto 14, 2006

Godard! 10 a la venta!!


Otra publicidad gratuita... acaba de salir a la venta el nuevo número de la revista Godard!, para todos los amantes del buen cine...

En este número: un completísimo dossier con las películas exhibidas durante el reciente Festival ElCine de La Católica; entrevista a Magaly Solier, la joven protagonista de Madeinusa; un ensayo sobre "Saló" de Pier Paolo Pasolini, tal vez una de las películas más perturbadoras de la historia (según me dicen); un extenso informe sobre la más reciente edición del festival de Cannes, además de comentarios sobre la cartelera actual.

Así que corran a su quiosco o supermercado de preferencia y lean el nuevo número... Godard! sigue creciendo...

viernes, agosto 04, 2006

10º Festival ElCine: La Inauguración

Llegué ayer al antiguo Cine Metro en el centro de Lima, para la inauguración del décimo Festival de Cine Latinoamericano de la PUCP. Este año es la primera vez que me sumerjo de lleno en el festival, en otras ocasiones no me organizaba a tiempo para poder ver ninguna película y para cuando quería comprar entradas, no quedaba nada (mi récord: la única película vista en este evento anteriormente fue la chilena La Fiebre del Loco). Ahora, avalado por mi experiencia en la revista Godard! y una oportuna credencial de prensa, la historia es otra.

Luego de dos semanas de funciones de prensa de todas las películas en competencia (igual no se compara a ver la película con el público general, el ambiente es otra cosa), arrancó la cosa en serio. La Plaza San Martín estaba iluminada por reflectores y en la puerta se aglomeraban dos colas de periodistas, gente común y la fauna de Chollywood. Obedeciendo al típico caos y desorden limeño, estas colas se derramaban por sobre la pista, parando a una interminable cola de taxis y ambulantes. Tras una larga espera, me enviaron arriba al segundo piso, a lo que antes solía llamarse mezzanine (según mi padre). En poco tiempo el edificio se abarrotó de faranduleros. Con lo viejo del edificio, capaz que se venía abajo todo.

El espectáculo se inició con un número teatral de un grupo que era como la versión lorcha de Stomp; bastante entretenido. Luego se dio paso a discursos, de un charro representante de Claro que recordaba los días de Pedro Infante y el de Siomi Lerner (el que no es corrupto). Después vinieron los spots del festival hechos por directores peruanos: Aldo Salvini, Eduardo Mendoza, Claudia Llosa y Josué Méndez. Las palmas definitivamente para la contribución de Llosa, aunque Salvini tenía su gracia. Luego de más números artistícos (donde se armó una combi en pleno escenario en menos de dos minutos), siguieron los discursos. Homenajes para Jorge Suárez y Heddy Honigmann, a quienes no conozco pero ni en pintura, además de un emotivo recordatorio a los que nos dejaron en los últimos meses, incluyendo a Ricardo Fernández, Juan Pablo Rebella y Fabián Bielinsky - se me escapó la lágrima.

Con mucho humor, en un discurso bastante corto para lo que suele hacer, Edgar Saba dio por iniciado el encuentro cinematográfico, evitando también repetir su ya conocida historia de como, en un viaje, él y Alonso Cueto durmieron juntos (ya he escuchado ese sonsonete unas cinco veces). Nuestro gran cineasta, Francisco Lombardi, tomó así el escenario para presentar su nueva película, Mariposa Negra. Motivo de orgullo: primera vez que abría el festival una película peruana en estreno mundial, había que reconocer el esfuerzo de Pancho y su equipo en haberse apurado para terminarla a tiempo. Advirtió que no era una versión definitiva y aún le quedaban cambios por hacer - poniendo el parche antes de la herida.

Seré brutalmente honesto: Mariposa Negra es un bodrio de aquellos. Mala hasta más no poder. Repleta de traspiés. Un asco. ¿Se entiende? Después de dos horas sentado en aquel viejo teatro donde el sonido apenas se escucha, salí con una sensación amarga. Yo siempre he sido fan de Lombardi. Reconozco su habilidad. Dos de sus películas están entre mis favoritas de todos los tiempos (La Boca del Lobo y Tinta Roja). Me cuesta creer que fue ese mismo Pancho responsable de esto. Cuando leí Grandes Miradas, de Alonso Cueto, me pareció un muy buen libro, digno de llevarse al cine. La trama - un juez anticorrupción es asesinado por la dictadura y su novia buscará vengarse del propio Montesinos - es tratada con seriedad, y al caracterizar en el libro a tristemente célebres personajes como Fujimori, el Doc, Laura Bozzo o la Pinchi Pinchi, Cueto logró darle un buen contexto a la historia y contarla con la seriedad apropiada para el caso.

La culpa no es de la novela, es de Giovanna Pollarollo y su deficiente guión. En el libro, cuando Gabriela afirma que matará a Montesinos, uno piensa: "Mira tú, está decidida la mujer". Cuando Melania Urbina lo dijo, el público estalló en risas - no creo que ese era el efecto deseado. Esta versión de la historia es una pobre comedia no intencionada, imposible de tomar en serio, filmada sin ningún estilo, con diálogos sacados de telenovela y actuaciones pobres. Los actores locales aún no se despegan de ese disfuerzo y teatralidad que siempre muestran. Hay excepciones, por supuesto, pero en general así suele ser el estilo por estos lares: exagerar.

Hasta Gustavo Bueno, uno de los mayores referentes actorales del país, entrega aquí una interpretación disforzada y falsa de un personaje que a la larga, no aporta nada al relato. ¿Donde quedaron Gamboa, el Teniente Roca? Parece ser que su estadía en Así es la Vida lo ha atrofiado, porque aquí actúa exactamente igual - pero una serie no es lo mismo que un largometraje. Se ve horrendo.

Melania Urbina, sin ser una genial actriz, sale a mi juicio bien parada de esta debacle, más que nada porque luce regia en todas las escenas. La historia de Alonso Cueto se merecía mejor que esta aburrida ridiculez. Y el ánimo de la mayoría de los asistentes a la salida así lo confirmaba: de funeral. Una total decepción para el cine peruano, que confirma con esta película su falta de industria. Nuestros actores se merecen guiones mejores, o de lo contrario, van a seguir en la misma mediocridad.

Si sueno demasiado duro, disculpen. Pero siempre soy el primero en apoyar las producciones nacionales, me gusta darles una oportunidad, y con algo así de pobre, pierdo las esperanzas. Eso pasa cuando uno se hace expectativas.

Así, arrancó esta edición del festival. La ceremonia, salvo por la película, fue bastante entretenida y prometedora. Quedan nueve días de cine, y sólo puede mejorar.