jueves, enero 24, 2008

Gabo en el Cine

Existe una frase respecto a adaptaciones fílmicas de obras literarias en la que creo firmemente: lo que está escrito no siempre se traduce bien en imágenes. El mismo pensamiento se aplica con la reciente adaptación de la gran obra de García Márquez, El Amor en los Tiempos del Cólera. De hecho, es bastante difícil trasladar una historia tan extensa (tanto en contenido como en número de páginas) al cine y en este caso, Mike Newell no está a la altura de las circunstancias.


La historia de Florentino Ariza (Javier Bardem) y Fermina Daza (Giovanna Mezzogiorno) es la de un amor eterno, afectado por diversas circunstancias pero que se mantiene latente a lo largo de varios años; un relato casi épico que Gabo se tomó su tiempo en contar, en su particular estilo. La película comete el error de acelerar todos los acontecimientos y eliminar algunos otros. Como resultado, la historia es apurada y superficial. El amor como un sentimiento eterno, profundo e inafectado por el paso del tiempo era parte del alma de la novela y aquí, es apenas un motivo para pasar de una escena a otra.

El reparto también es parte del problema. Para una adaptación de una novela latinoamericana e íntimamente ligada al continente, hubiese sido mejor una producción en español, para así no tener que ver a todo el mundo hablar en un inglés masticado que distrae, y que impone a todos cierta teatralidad producto de diálogos exagerados. Curiosamente, los que mejor salen parados del asunto son los actores latinoamericanos – Benjamín Bratt y Catalina Sandino son bastante naturales en sus papeles, tal vez por cierta afinidad con el material.

No pude evitar reírme en varias escenas; para un film que quiere ser un drama romántico afectivo, no es un buen resultado. El tono de Newell es desigual: Angie Cépeda tiene una cómica y francamente vergonzosa aparición, Fernanda Montenegro corre por la calle pintarrajeada como el Guasón, los atributos físicos de Laura Harring son la única justificación para su ridícula escena, Fermina parece no envejecer nunca a diferencia del resto y en el papel de su padre, John Leguizamo no puede evitar verse más joven que todos sus co-protagonistas.

Como para demostrar lo dicho acerca de las adaptaciones, está el caso de Juvenal Urbino. El libro abre con su muerte y luego procede a contar en detalle su relación con Fermina, dejando ver el tipo de persona que es y dándole protagonismo. La película se salta todo este aspecto y como resultado, Urbino acaba siendo sin querer un mero obstáculo, una complicación, la tercera rueda; toda la simpatía está con Florentino, un pingaloca insaciable aún en avanzada edad y con aires de pedófilo. Esto puede justificarse en el libro, puede tener profundidad, pero en pantalla se ve cómico.

El Amor en los Tiempos del Cólera quiere ser un fuerte drama, una historia de amor que nos toca el corazón, pero falla en el intento. La novela desarrolló años de historia en profundidad y la película no se da el tiempo de hacer lo mismo. El impacto que quería lograr, en especial durante las escenas finales con unos envejecidos Florentino y Fermina, nunca llega.

Sé que se deben separar libro y película y verlos en sus propios términos, al tratarse de distintos medios; pero es difícil en este caso, tratándose de una novela significativa para América Latina. Estoy seguro que a muchos les pasará lo mismo. Al parecer, el realismo mágico no se traduce muy bien en pantalla; resulta difícil hacer justicia a las novelas de Gabo, relatos extensos que cubren décadas. Lo mejor de la película son las canciones de Shakira y cuando yo me encuentro diciendo eso, sé que hay un problema.


1 comentario:

CLNY dijo...

La pobre cinta no tuvo nada rescatable, todo un desastre monumental. Saludos!!