miércoles, junio 21, 2006

Nuevo Cine Argentino

Como parte de un futuro artículo en la revista Godard!, cayeron en mis manos cuatro producciones del llamado "Nuevo Cine Argentino". No voy a tratar de explicar en qué consiste, ya que mi experiencia con el cine gaucho es bastante limitada. Pero lo cierto es que, para descansar un rato de producciones hollywoodenses, estas películas me gustaron bastante. Aquí, unas reseñas para cuatro filmes muy bien recomendados.

Un Oso Rojo (2002) Dir.: Adrián Caetano

Oso (Julio Chávez) es un criminal que ha salido de la prisión después de siete años, por matar a un policía durante un robo. De vuelta en una Buenos Aires convulsionada por la crisis económica, Oso tratará de reconectarse con su familia, especialmente su pequeña hija a quien no conoce. Y si piensan que en algún momento Oso acabará de nuevo metido en la vida delictiva de la que se está tratando de alejar, no se equivocan: estas películas sobre criminales que buscan la redención e irse por el buen camino son fórmula conocida, sólo que esta vez aplicada a la realidad argentina. Este sabor latino le aporta bastante frescura al asunto, que a pesar de caer en lugares comunes del género gana mucho centrándose en la naciente reláción entre el duro y callado Oso y su inocente hija. Julio Chávez brilla en una correcta actuación y para los más inquietos, hay algunas cuantas balaceras para subir el pulso.

Familia Rodante (2004) Dir.: Pablo Trapero

Una mirada a una tipíca familia de clase media de Buenos Aires, que parten en un improvisado road trip hacia Misiones para una boda. Dicen que si juntas a un grupo de personas en un espacio reducido por un tiempo prolongado, lo más probable es que se empiecen a decir cosas y ciertos sentimientos y secretos salgan a la luz. Lo mismo le ocurre a esta masiva familia: infidelidades, amoríos y distintas formas de pensar chocan en un viaje donde el destino no importa, sino lo que se vive. El estilo casi documental y el uso de actores no profesionales (la matriarca de la familia es la abuela de Trapero) realzan el sentimiento de estar viendo escenas de la vida real, con un grupo de gente que bien podrían ser nuestros vecinos. Y al igual que la realidad, no existen resoluciones concretas. Los percances que sufre el conjunto pueden parecer banales, pero son un fiel reflejo de lo que es la vida normal.

Los Guantes Mágicos (2003) Dir.: Martín Rejtman

Tenía toda la pinta de ser una de esas películas lentas de cine arte pretencioso, pero este film de Rejtman resultó ser una grata sorpresa. Es una hilarante comedia sobre un callado taxista llamado Alejandro, fanático de la música disco y enamorado de su auto de segunda mano, que en su búsqueda de un sentido para su vida se cruza con un grupo de personajes únicos: un actor porno adicto al fitness; un músico frustrado que obliga a todos a escuchar su único (y horrendo) CD; una chica fármacodependiente y en perpetua depresión, entre otros, todos metidos en una serie de enredos para salir adelante en una Buenos Aires golpeada por la crisis. Pudo ser una farsa ridícula, pero Rejtman trata a sus personajes con cariño y a pesar de sus excentricidades, parecen personas de carne y hueso, lo que le da al film una buena carga dramática. Un irreconocible Vicentico de los Cadillacs hace buen papel como el patético pero simpático Alejandro.

Un Año sin Amor (2005) Dir.: Anahí Berneri

Es 1996 y Pablo Pérez, un escritor gay enfermo de Sida recorre las calles de Buenos Aires en busca del amor verdadero, creyendo que no le queda mucho tiempo de vida. Pronto acaba metido en todo el submundo del sadomasoquismo, donde encontrará alivio a sus impulsos pero también serias decepciones. Esta película no es para todos los gustos, al mostrar el mundo gay bonaerense, desde cines porno, discotecas, hasta las fiestas S&M donde la cámara no esconde ningún detalle. Es mostrado tal cual es, desde la óptica de un joven soñador que no encuentra lo que busca. El mismo Pablo escribió un libro sobre sus duras experiencias con la enfermedad y fue el responsable de adaptarlo para el cine junto a la directora, lo que da como resultado un testimonio veridíco, a ratos dificíl de ver pero interesante. Ya quisiera Jaime Bayly escribir algo así de real, en comparación sus novelas sobre gays confundidos en una ciudad que no los quiere parecen telenovelas ridículas. Interesante, para los que quieren saber sobre el tema, pero de nuevo, no para todos los gustos.

Esta fue mi primera exposición al trabajo de estos directores, y fue bastante grato. El artículo implica ver muchas películas más, por lo que parece habrá más recomendaciones dentro del variado cine argentino de calidad. Cuatro filmes distintos entre sí, pero de visión obligada.

3 comentarios:

PELO-PON-ESO dijo...

bien compadre, ya hay como 80 que te leen
saludos desde peloponesolandia

nos vemos para las chelas respectivas

Alberto Villar Campos dijo...

Neco, dónde puedo conseguir estas películas? Un saludo. Buena la página también.

Alberto Villar Campos dijo...

Gracias por el dato, Ernesto. Y no me molestará, como a ti tampoco.

Saludos y suerte.