sábado, mayo 26, 2007

This is the Zodiac speaking...

De los numerosos casos sobre asesinos en serie de Estados Unidos, el del Zodiaco es tal vez el más enigmático de todos. Responsable de al menos cinco muertes entre diciembre de 1968 y octubre de 1969, su identidad sigue siendo un misterio. Mataba gente al azar, usando diferentes métodos y la única manera de ligarlos todos al mismo autor fue a través de las cartas y códigos que envíaba a periódicos y la policía, en un juego que se alargaría por muchos años.

Dejando de lado su acostumbrado estilo cultivado en videoclips, David Fincher recrea en Zodiaco el azote del asesino, la incansable cacería en su contra y la posterior investigación del caricaturista Robert Graysmith, que dio pie al libro en el que se basa el film. Apegada rigurosamente a los hechos y al verídico procedimiento policial (que nada tiene que ver con la bacanería de Miami Vice), esta película es una fascinante mirada a un caso que hasta hoy, sigue sin resolver.


Más que tratarse del Zodiaco, el film se centra en el efecto que tuvo el caso en tres personas (parecido a lo que hizo Spike Lee en Summer of Sam): Dave Toschi (Mark Ruffalo), el detective inmerso en el caso que se pasó años sin desenmascarar al culpable; Paul Avery (Robert Downey Jr.), periodista de policiales que acabó inmerso en drogas y alcohol; y el mismo Graysmith (Jake Gyllenhaal), cuya obsesión por descubrir al Zodíaco lo hizo descuidar a su familia y amigos.

Resulta increíble como, teniendo tanta evidencia y pistas, la policía nunca haya podido dar con el Zodiaco. Graysmith tenía su sospechoso: Arthur Leigh Allen, un pedófilo con nulas aptitudes sociales que acá es una figura misteriosa y macabra (la tensión durante la escena de su interrogación es palpable). El film también llega a las mismas conclusiones, aunque nunca se pudo probar que Allen era el asesino: murió en 1992 sin haberse librado de la acusación.

La película incluso da pie a otras teorías. Existe la posibilidad de que el Zodiaco haya sido más de una persona, dos locos trabajando juntos. De ahí que las huellas digitales nunca hayan podido dar con un sospechoso. O si no, puede ser que el Zodiaco no haya sido responsable de todas esas muertes; tenía el hábito de adjudicarse crímenes que ya tenían culpable. Paul Avery lo acusó de, entre otras cosas, buscar publicidad gratis.

Fincher se toma su tiempo en dar todos los detalles de la investigación, durante y después de la racha de asesinatos; es un film pausado, de casi tres horas de duración pero que se mantiene fascinante en todo momento. Muchos dicen que es un paso atrás para el director, al faltar mucho de su acostumbrado estilo, pero lo cierto es que con este film se puede ver a un David Fincher maduro y con ganas de probar cosas nuevas.

¿Quién era el Zodiaco? Tal vez nunca se sepa. La investigación en esa época no sólo se vio truncada por el asesino, sino también por las mismas autoridades. La policía en todos los condados cometió el error de no trabajar en equipo y cada uno por su lado tratar de adjudicarse la gloria de hacer la captura. Falta de información, coordinación, y cooperación fueron factores que ayudaron al Zodiaco a desaparecer. O puede ser que ese haya sido el plan todo el tiempo.

El caso fue abierto otra vez hace tres años, pero se sigue sin saber quien estaba detrás de todas esas muertes, si es que alguna vez existió un asesino en serie; el único indicio son las inciertas cartas y códigos que solía enviar. Si no fuese por Graysmith y su insana obsesión, tal vez nunca nos enteraríamos del Zodiaco; muchos prefirieron olvidarse y hoy en día el caso se ha convertido en una pieza de folclor.

La película de Fincher toca todos estos temas con realismo y rigurosidad; es un caso fascinante con muchas respuestas. Saque sus propias conclusiones.

Para más información sobre el caso Zodiac y otros criminales de Norteamérica, visite www.crimelibrary.com. Interesante y macabro a la vez.

1 comentario:

Oscar Flores dijo...

Me dejaste super metido. Creo que tendré que ver la película. Dieron por acá un especial en el séptimo vicio que igual me dejó muy interesado.

Cuídese Ernesto. Éxito por allá.